Por Luis Enrique
Imagina crecer toda tu infancia y adolescencia rodeado de personas a las cuales no les puedes contar como realmente eres, por miedo a que te rechacen, discriminen y en el peor de los casos que te agredan.
Tan solo imagínate a ti mismo atrapado en un mundo en el cual no puedes expresarte y ser como deseas por el miedo que te habían metido la religión, tu familia, las noticias y la mayoría de la sociedad que no está de acuerdo contigo.
Es ahí donde entran ellas, la primeras personas en decirte «Tranquilo, no tengas miedo, tu eres especial y fuerte».
Gracias a todas esas amigas, hermanas, madres, tías y abuelas que nos dieron un escape en el que podíamos sentirnos felices y libres y el poder olvidarnos de él mundo entero, todo a través de su cariño.
Sin duda, gracias a todas esas Mujeres que nos dieron el valor de seguir adelante.
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